Producto fresco en casa
Frutas, Verduras y Hortalizas
- Dónde guardarlas
- A la hora de consumirlas
- Cómo retardar su maduración
- Cómo evitar el desperdicio
Carne y Pescado
Cómo y dónde conservar
Es necesario lavarlas
En general, las
frutas, verduras u hortalizas que vayan a consumirse crudas, con o sin piel, es
importante lavarlas bien en abundante agua y, además, sumergirlas cinco minutos
en agua potable con conservante de uso alimentario —una cucharada por cada tres
litros de agua— y después aclararla con abundante agua.
Esta es una buena práctica desde el
punto de vista de la salud porque eliminamos tierra, microorganismos y/o restos
de pesticidas, aunque no para alargar su tiempo de conservación.
Dónde guardarlas
Los frejoles, las acelgas, la lechuga o
el brócoli los guardaremos en los cajones inferiores de la nevera, que las
protegen del frío directo y mantienen a una temperatura de entre 8 ºC y 10 ºC.
Las manzanas y las peras, los cítricos,
las alcachofas, los ajos, los tomates, las cebollas y las patatas o papas pueden
conservarse fuera de la nevera, idealmente en un lugar fresco, seco y bien
ventilado, y fuera de bolsas de plástico, para evitar el moho y que se
deterioren rápidamente.
Las peras y los tomates también pueden
guardarse en el refrigerador si lo que queremos es alargar su vida útil, dado
que son más perecederos que el resto de especies de las que hemos comentado.
A la hora de consumirlas
Para disfrutar al máximo el sabor de los
productos que hemos guardado en el refrigerador y que se consumirán en crudo,
se recomienda dejarlos un rato antes a temperatura ambiente, porque es cuando
emitirán más compuestos orgánicos volátiles y, por tanto, sus aromas se
expresarán mucho mejor.
Cómo retardar su maduración
Depende de si se trata de frutas u
hortalizas:
climatéricas, que siguen madurando una
vez se han cosechado —manzana, pera, aguacate, plátano, kiwi, tomate, arándano
y mango,
no climatéricas, las que la maduración
tiene lugar solo en el árbol/planta y ésta se interrumpe al ser cosechadas
—moras, cerezas, cítricos, fresas, piña, pepino, berenjena y calabaza.
Los frutos climatéricos producen y
liberan al ambiente etileno, un compuesto orgánico volátil que los ayuda a
madurar, y que acelera la maduración de los frutos de su alrededor.
Por ello, para que se conserven más
tiempo, lo mejor es no mezclar variedades o especies que produzcan etileno
entre sí, evitando que las que produzcan más etileno hagan madurar al resto.
Cómo evitar el desperdicio
Las frutas y hortalizas más maduras
pueden aprovecharse para hacer macedonia, confituras, compotas e, incluso,
puede congelarse si es que van a consumirse transformadas.
En el caso de las hortalizas frescas, si
no van a ser consumidas próximamente, también pueden congelarse: de entre las
de temporada, los guisantes y las habas pueden congelarse en crudo, mientras
que las judías verdes y las espinacas se recomienda escaldarlas antes.
Carne y Pescado
Cómo y dónde conservar
En el refrigerador, se colocarán en la
zona más fría, que es el estante inferior (la temperatura es de 2-4 ºC).
Para congelarlos, los envolvemos en
bolsas al vacío o con plástico film, de manera que el contacto directo con el
oxígeno sea el mínimo, los metemos en el congelador cuanto antes mejor y, si
puede ser, en raciones, para que podamos descongelar sólo lo que vayamos a
consumir.
Si se han comprado envasados, la carne y
el pescado también pueden congelarse directamente dentro de la bandeja, lo que
evitará manipulaciones y contaminaciones cruzadas, aunque el hecho de que haya
aire puede favorecer que se creen cristales de la humedad que afecten la
calidad del producto.
En el momento de descongelar, lo más
recomendable es hacerlo en el refrigerador -al menos doce horas antes de
consumir-, porque de esta forma no se dañarán los tejidos ni proliferarán los
microbios.
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